¿Donde estan?

Ni bien te vea seré feliz, con tu sola presencia seré feliz. Voy a ladrar, saltar y correr para que me prestes atención, pero si no lo haces, voy a ser paciente. Voy a esperar a que te sientes en el sofá para terminar en tu regazo y acurrucarme entre tus brazos. Me voy a olvidar de todo, de comer, de dormir… a menos que lo haga a tu lado. Está bien si no querés jugar, está bien si solamente querés llorar. Yo quiero estar con vos, no me importa nada más, no pretendo nada más. Y cuando te vayas, el vacío me va a carcomer. Sufriré esperando, ansiosa, masticando sin saborear, gastando el tiempo, dando vueltas, corriendo, durmiendo. Pero todo valdrá la pena cuando te vea cruzar la puerta. Seré dependiente de vos, lo sé, pero no puedo evitarlo. Quiero que así sea.

Te espero… no llegas nunca. Tengo que entretenerme con algo. ¿Sabés qué? me di cuenta que mi vecindario está lleno de gatos. ¿Por qué son tantos? ¿Dónde están los perros? Me olvidé quién era… no pude esperarte en soledad, espero que sepas entender. Los gatos son divertidos de a ratos, pero me dan un poco de miedo sus uñas afiladas. Más de una vez resulté herida por juntarme con ellos. Me sorprende que una vez que obtienen lo que quieren, se van… o tiran un zarpazo. No les importa quién sea su dueño mientras les den de comer, y sólo dan cariño cuando ellos tienen ganas. Llegué a cansarme de ser diferente, así que intenté convertirme en uno de ellos, observando su comportamiento y aprendiendo de su independencia. Sin embargo descubrí que aunque no la pasaban mal, no conocían lo que yo conocía: el amor. Y hay que admitirlo, por más empeño que uno le ponga, no tiene sentido tratar de ser un gato- o querer comprenderlos- cuando uno nació siendo perro.

No, ya no me divierte tanto juntarme con ellos. Aunque me hagan compañía, seguimos siendo especies diferentes. Parece que en este nuevo mundo ser uno de nosotros no sirve… como si ser fiel para toda la vida fuera algo estúpido. Creo que de alguna forma, nos lavaron la cabeza para hacernos creer que todosdebemos ser gatos…
Entonces me pregunto si quedó alguno de los míos... uno que no haya olvidado quién es.