miércoles, 4 de agosto de 2010


Es difícil creer que las cosas estan bien cuando no lo estan. Es difícil mentirse sólo para estar feliz, sacarse una sonrisa y no preocuparse demasiado por las cosas del hoy, del ayer y del mañana.
En las noches más profundas sale el sol. Y por eso creo yo, que no tendríamos que darle demasiada importancia a las malas cosas. Tampoco digo que con esto no nos interese para nada lo que ocurra y vivamos desvinculados de lo que es la vida. Pero hay que vivirla a la vida, no sufrirla.
¿De qué nos sirve vivir sufriendo?. En un momento ya no estaremos más aqui y seguramente vamos a pensar: "uh, yo no viví mi vida como quise" , "me pude cumplir mis metas por miedo" o talvéz le diremos al de arriba: "dejame quedarme abajo, aun no he disfrutado la vida como quisiera". Ahora, ¿entienden a lo que voy?.
Quizás hoy, mañana o talvéz pasado no estaremos más aqui y nos estaremos arrepintiendo por todos los deseos que teníamos y no pudimos cumplirlos. Y por eso moriremos infelices.
Un ejemplo que se me viene a la mente y lo expresa totalmente a este pensamiento que tengo...
en el juego Los Sims, que cada sim tiene expectativas de vida que debemos hacerlas cumplir para que lleguen a ser felices y vivan felices. ¿Entienden?. Ese juego es un fiel reflejo de lo que trato de escribir. Todos nosotros tenemos una lista de expectativas para cumplir en cada etapa de nuestra vida, y a medida que la vamos cumpliendo, además de sumarse más expectativas a nuestra vida, vamos alcanzando la felicidad interior.
Es así, tenemos expectativas de vida que debemos cumplir para poder ser felices y morir felices. No nos negemos hacer cosas con el simple hecho de que nos juzgen en la tierra.

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